viernes, 16 de mayo de 2014

¿El de las cosas derretidas?

Esta tarde mientras me tomaba una caña con mis amigas en una terraza de Madrid hablábamos sobre todo lo que teníamos que hacer este fin de semana:

- Pues yo ahora cuando llegue a casa tengo que hacer una práctica de Dalí y Miró, pero no se muy bien de qué hacerla.- Ah, ¿el de las cosas derretidas, no?


Pero a ver, ¿nos hemos dado cuenta de lo que hemos hecho?

Hemos conseguido que nuestros grandes artistas contemporáneos españoles no tengan la relevancia que deberían tener. No, no es que mis amigas sean más o menos cultas, es algo a lo que hemos ayudado cada uno de nosotros.

No es una cuestión de política, ideología, cultura, tradición... Es un problema del ser humano.
Los pintores no sólo son gente que pintan lo primero que se les viene a la cabeza y ya. Los hay academicistas, los hay surrealistas, manieristas...
Tomemos el ejemplo de Dalí.

"Hay mucha gente que me pide por la calle autógrafos y realmente no saben si soy un cantante, un actor de cine, un loco, escritor... No saben muy bien lo que soy" afirmaba en una entrevista realizada por TVE.

¿Cómo es posible que pase esto? Pienso: "bueno quizá era por la inexistencia de los medios de comunicación que existen ahora". Así que me dedico a buscar el término "Salvador Dalí" en Google Trends (que si alguien sabe hoy en día, es nuestro querido Google. Y me llevo una gran decepción:

Las búsquedas van decayendo poco a poco. La gente poco a poco pierde el interés. La previsión de búsquedas es que seguirán bajando...


Localizamos geográficamente las búsquedas y nos encontramos con otra sorpresa. ¿Dónde está España? Las mayores búsquedas referentes al pintor se dan en Macedonia, y España no se encuentra en el ranking de países que más buscan este término. ¿Será que sabemos demasiado de Dalí? No lo creo. Los hechos son relevantes: Barcelona está atestada de monumentos, obras y edificios suyos; y Madrid por otro lado albergó en el Museo Reina Sofia su colección el año pasado y aun así las búsquedas en Google no son suficientes.

Desde el autorretrato con cuello de Miguel Ángel se pudo observar la autoestima y el carácter que tenía este personaje "A medida que me admiro más, me doy cuenta de que soy una real catástrofe", sin dejar de lado su autoconocimento, referente a las locuras que cometía a ojos del público.


Podemos observar en este vídeo como le explica a la audiencia de TVE su pasión por las moscas. Sí, las moscas. A mí por ejemplo me encantan las patatas, tengo una obsesión con ellas. Pues Dalí adoraba como las moscas se posaban en su boca por rociarse miel y dátil en los labios. Cada loco con su tema.



Pese a sus obsesiones por el sexo, lo putrefacto y el paso del tiempo en la misma entrevista de TVE declaraba su amor incondicional a Gala, su mujer, la cual también explicó Dalí en múltiples ocasiones que fue su salvadora y por ello la pintaba como a la virgen "Me quiero volver a casar con mi propia mujer en los momentos en los que todo el mundo se divorcia". Esta declaración es algo que hoy en día no se escucha fácilmente por ahí.

Su canción favorita era "Tristán e Isolda" de Wagner, con la cual murió en su casa-museo de Figueras. A pesar de sus avances nunca deja atrás la tradición y el gusto por lo bueno. 



Por todo esto, creo que la gente debería pararse a pensar cómo Dalí llegó a pintar "cosas derretidas" y no simplemente jactarse de ello en una sobremesa. Las cosas son así, en una época donde deberíamos saber más y ser más curiosos ya que tenemos mayor acceso a estos datos, los españoles dejamos de lado el gran arte realizado por los nuestros.

¿Por qué a quién no le gustaría tomarse las copas de 10 en 10?


domingo, 20 de abril de 2014

Diario de una restauradora

Querido diario:

Hace 2 años que trabajo en este museo y cada día que paso por delante del Guernica tengo más ganas de saber de él. La grandeza de Picasso está reflejada en este cuadro de una forma extraordinaria. 

Después de estudiar la carrera de Historia del Arte y realizar un master de Conservación y Restauración de Arte Contemporáneo conseguí este trabajo tan esperado desde que con 10 años en la asignatura de Plástica en el colegio nos mandaron dibujar para el día del padre un retrato de nuestro padre con referencias a la época azul de Picasso y a su vez, en el día de la madre un retrato de nuestra madre ambientado en la época rosa de Picasso. El resultado de estos dibujos no fueron ni parecidos a los cuadros del artista (simplemente fueron dibujados y coloreados en azul y rosa respectivamente), pero me encaminaron a este maravilloso mundo del arte.

En una carrera profesional llena de imágenes también son importantes las palabras. En una ocasión, una compañera veterana en el museo me habló de su "cuaderno de experiencias", un diario que reflejaba las impresiones que las obras de arte le transmitían y me explicó la relevancia que había tenido tanto en su vida profesional como en la personal. Por esa misma razón decidí expresar mis pensamientos respecto al arte en este sencillo diario.

Muchas han sido las disputas del lugar donde debería permanecer esta gran obra. Desde el primer día que estuve aquí pude verlo: la obra en sí ya es una disputa social en sí misma, habla de la humanidad y de cómo se destruyó esta. Es una gran contradicción, Picasso buscaba expresar un sentimiento de rechazo a todo lo bélico y ha sido su obra el núcleo de posteriores disputas.

Enfrentamientos como los que había provocado este cuadro fueron una de las causas de mi afán por descubrir cada día más de Picasso. Si los grandes museos de España discutían el lugar donde debería estar, algo quería decir. No hizo falta más de una semana en el museo para que me decidiera a investigar el misterio que acontecía la figura de este pintor.

En primer lugar intenté acercarme cada día más al Guernica, ya que debido a su magnitud, su análisis puede resultar más fácil pero a la vez más complejo a la hora de detallar cada aspecto. Las medidas de seguridad no hacían sencilla la tarea. Otra dificultad que obtuve a la hora de investigar a este autor, es que dicha obra, no había necesitado ninguna restauración hasta ahora y por ello no tenía motivos suficientes para pasarme horas delante de aquellas grandes figuras.

Estos inconvenientes hicieron que mi ansia de búsqueda decayese, pero un inesperado día, buscando en los archivos del museo encontré un video: "Le Mystère Picasso". A lo largo de mis años de carrera había oído hablar de esta película pero nunca llegué a verla. Vi una señal en este encuentro, después de unos meses de abandono hacia el artista, decidí retomar mi investigación.

Nada más llegar a casa me dispuse a ver el video mientras me tomaba un gintonic y me fumaba un cigarro, pues el arte como todas las cosas buenas, con un cigarro en una mano y una copa en la otra, es mejor. 

Poco a poco fueron fluyendo los trazos de Picasso y de pronto, en el minuto 21:37 comenzó a trazar la pintura con la que pude comprender todo. Empecé a temblar, lo que en un primer momento asocié con el gintonic, pero no fue así. La sensación me recordó a lo que sentí cuando el 14 de septiembre del año pasado me encontraba en el recinto del D-CODE y Franz Ferdinand comenzaron a cantar "No You Girl". Me transporté a ese momento, los golpes de batería, las guitarras, los saltos, las voces, los tarareos... eran pequeños trazos de una obra. Lo que Picasso estaba haciendo con aquel toro y aquel torero era una obra de arte sencilla y grandiosa a la vez, como las canciones de estos artistas. El cuadro comenzaban siendo pequeños y simples trazos que iban conformando las figuras del toro y el torero, añadiéndole poco a poco más expresión, dotándolo de color, de euforia en el público, sufrimiento del torero, agresividad en el animal. Y de pronto, era una obra maestra realizada en unos minutos. ¿Cómo era eso posible? ¿Y por qué me recordaba tanto a lo sentido en aquel concierto?




El arte no tiene que ser puramente académico. Como ya se sabe, para pintar como Picasso había que saber dibujar y utilizar las técnicas correctas aunque no pareciese una pintura meditada, pero el trasfondo ha de ser el de un experto como él. Lo mismo ocurre con otros tipos de arte como la música, la moda, las artes escénicas... En cada corriente artística se relacionaban estos campos del arte, conformando un mundo de relaciones donde se influenciaban unos a otros.

Lo entendí, el misterio de Picasso, lo que el primer día de trabajo en el museo me dejó impresionada,  lo que había sido motivo de mi investigación durante meses, lo que me había hecho temblar unos minutos antes...  El fagocitador de todos los tiempos, el cirujano de las pinturas... Se encargaba de representar la idea, la esencia de las cosas... Lo que actualmente intentan captar muchos artistas, incluidos fotógrafos como Annie Leiboivitz. Como ya he dicho, porque todas las corrientes artísticas tienen sentido en cada uno de los campos. Un gran ejemplo de esto es la participación de Picasso en los decorados de los Ballets Rusos de Diagilev en los que participaba también su amiga Coco Chanel.

El simple trazo de Picasso conformaba grandiosas obras. Como decía la madre Teresa de Calcuta:


Con pequeñas cosas hechas bien, puedes hacer grandes cosas. Es en lo que se basa la vida. 
Aunque muchos piensen lo contrario, lo que hacía Picasso no era al azar. Los estudios de Freud fueron una gran influencia en sus últimas pinturas, influencias de otros artistas como Puvis de Chabannes, el Greco, Manolo Hugué, la ayuda de Braque... 

Un artista que supo demostrarle a Apollinaire que no estaba en lo cierto, que su pintura no iba hacia atrás, sino que evolucionaba tomando influencias distintas en cada época. Un artista que con 7 años ya firmaba y fechaba sus obras, no podía quedar al margen del mundo artístico. 

Y por eso causa temblores. Temblor de la emoción. Emoción por el trazo. El trazo de la vida.








martes, 15 de abril de 2014

Carta a los malentendidos

En muchas ocasiones me preguntan por qué descompuse la realidad. Después de mucho meditarlo he llegado a una conclusión: la gente que me rodea es psicópata.

No, no me he vuelto loco. Hay gente que me pregunta constantemente el porqué de mis obras y luego existen grandes genios como Juan Gris, Ambroise Vollard, Braque, María Blanchard que han sabido contemplar mi obra desde sus inicios. No tengo en cuenta a aquellos que, una vez que obtuve mi fama se postraban ante mi. Los que de verdad estimo en estos días es aquellos que me apoyaron desde un principio. 

Apollinaire dijo en una ocasión que desandé el camino que llevaba, pero aun así me convertí en un grande. A estas alturas de mi vida ya puedo reconocer los errores y aciertos que he cometido, y la pintura que he realizado se que me llevaba a algo bueno. En muchas ocasiones Apollinaire y muchos otros críticos podrían haber pensado que me iba de las ramas, fluía entre diversas vanguardias y estilos, pero esto no fue por equivocación. Si anduve o desanduve esa no sería decisión suya. En cada una de mis obras buscaba algo más.

Cada vez que finalizaba una obra y se exponía en algún museo me gustaba ver las reacciones del público. Cada cual más diversa, me permitía observar la perspectiva con la que cada uno veía las cosas. Eso es lo que buscaba yo al pintar un cuadro, es decir, no quería presentar una silueta perfectamente copiada de la realidad. Porque señores míos... ¿Alguien sabe qué es la realidad en sí? Hasta los filósofos como Platón, Aristóteles, Kant... No sabían a ciencia exacta de lo que hablaban. No estoy diciendo que yo lo supiese, claro que no, ¿quién soy yo para decidir una cosa tan grande como esa?

Muy lejos de poder afirmar mi creencia sobre la realidad, porque no es otra cosa si no una creencia propia, intenté plasmarla en mis pinturas. Para que podáis entender lo que pasaba por mi mente al realizar estas obras voy a explicaros una cosa: Cuando juzgan a una persona por ser como es, por realizar un acto poco ético o mal visto... ¿En qué posición estáis vosotros? ¿En el que juzga o en el que apoya a la persona juzgada? Pues bien, yo siempre he estado con los que son juzgados... No es  cuestión de ponerme medallas ni mucho menos, es simplemente como soy. Yo creo en las personas, no en los actos. Creo que una persona puede equivocarse, tener muchas facetas de sí misma hasta encontrarse y ser firme a una postura. Aunque explicado parezca sencillo, hay mucha gente que esto no lo ve así y también lo acepto, pero no entenderán a mi manera las obras que realizo.

Se trata de una tarea muy sencilla la de entenderme, pero los valores que encuentro en el interior de las personas en muchas ocasiones no son lo suficientemente fuertes como para comprender mi postura.

Conversaciones con mis más allegados me han llevado muchas veces a este tema y se jactan de mí. Es comprensible porque mi faceta de galán y seductor ha podido con la imagen que los demás tienen de Pablo Picasso como persona. Si me he enamorado de numerosas mujeres ha sido precisamente por esta razón, cada una de ellas tenían defectos, defectos de los que me pude enamorar porque supe comprender que había detrás de ellos. De estos pensamientos surgió la corriente artística cubista, la representación de la realidad desde distintos puntos de vista tuvo inspiración en lo que veía de las personas. Las diferentes perspectivas de las personas, atribuidas en ocasiones a mi locura, venían de algo mucho más intrínseco, real y a veces difícil de entender.

Se que un verdadero artista no debería desvelar las claves de su obra pero creo que este escrito es muy relevante tanto para comprenderme a mí, a mis obras y a la diversidad de personas. Una corriente poco conocida por su faceta solidaria de la realidad que tiene que ser desvelada en los últimos días de su creador.

Aquí me hallo, en Nôtre-Dame-de-Vie con mi querida Jacqueline, a esperas de la muerte, la cual está cercana después de una larga vida de emoción, vitalidad y cubismo.

Este es mi misterio, el misterio de mi alma. 
Mi único testamento.

Pablo Picasso


viernes, 7 de marzo de 2014

La carta que nunca te envié

Querido Joaquín,


Escribo esta carta desde el mismo lugar donde te vi por primera vez pintando "La Romería". Hace ya  años de esto, pero todavía no he conseguido olvidar lo que aprendí de ti. La primera vez que supe de ti fue por un titular de un periódico del 9 de julio de 1915 que decía "El insigne pintor valenciano D. Joaquín Sorolla se encuentra entre nosotros desde ayer con su distinguida familia. Hemos tenido el honor de estrechar la mano de esta gloria de arte pictórico español". Nunca te lo dije, pero aquello me impulsó a acercarme esa misma tarde al pazo de Vista Alegre, quería saber como era aquel gran artista del que tanto hablaban. 

Te vi allí, rodeado de los castaños del jardín de la casa, expectante a la luz que proyectaban los rayos de sol de verano. En ese momento supe que eras diferente. Directamente fui a preguntarte por qué habías elegido Villagarcía de entre todos los lugares de Galicia. Mi pregunta te sorprendió, me explicaste "Necesito trasladar al lienzo algo típico de esta tierra y Villagarcía me pareció muy a propósito para la consecución de mis deseos, y lo que ahora quiero, es un lugar tranquilo y soleado en que poder trabajar a la vista de los modelos vivientes a buscar entre la gente del campo y del mar". La forma en la que te expresaste, tus palabras y tu soltura fueron la verdadera sorpresa de aquel encuentro.

Poco a poco, al igual que todos los habitantes de este lugar, te acompañaba entre la multitud de gente cuando ibas a coger bocetos en el mercado. De vez en cuando me acercaba a tus pinturas y me quedaba asombrada con aquellos lienzos. "Cuanta mas luz más verdad y cuanta más verdad, mas belleza" repetías constantemente mientras pintabas tus obras.

En ningún momento mi amor hacia ti fue correspondido, ya que nunca pude decírtelo. Continuamente me contabas lo mucho que echabas de menos a tu familia en tus múltiples viajes, el frío que pasabas viajando por el norte, los delirios que pasabas al no ver en un largo periodo de tiempo a tu Valencia querida... Por esas razones no me vi capaz de confesar todo lo que habías sido para mi esos días. 


Querías volver a Javea cuanto antes para poder pintar el agua fina, la locura de la luz, los mil colores reflejados en el mar... Aquí también había mar, pero no era tu Javea, ni tu Valencia. Y tampoco era yo Clotilde.

En una ocasión me dijiste que la familia que tenías era aquella que siempre habías soñado, la que nunca tuviste en tu infancia. Todos estos años he estado buscando a alguien con tu grandeza, tu maestría... Pero aquí en Villagarcía no hay gente como tú. Siempre me impresionó todo lo que conocías del mundo, además de tus dotes pictóricos, todos tus viajes te hacían una persona completa. Como bien sabes yo nunca he salido de aquí, de mi entorno, de mi familia... Pero espero que en algún momento tenga la oportunidad de saber de otras regiones de España, aquellas que me enseñabas en tus tablas de bocetos. Aquellos "bocetos" que para mí eran una obra de arte como cualquier otra.

Tus ganas de conocer me impulsaron a buscar en bibliotecas aquellas cosas que no conocía, pero la educación y la cultura en estos territorios no es accesible a cualquiera. Tu carácter bohemio te incitaba a encontrar emociones e ilusiones nuevas, algo que por aquí no se ve todos los días.

Fuiste el hombre que me cambió la vida, aún conociéndote en poco tiempo rompiste mis esquemas y los de aquellos que pudieron establecer relación contigo en tu estancia en este lugar. 

Al igual que tú le enviabas a tu mujer cartas cuando no estabas con ella, yo te envío esta carta ahora que no estás aquí para que puedas saber la inquietud que has causado en mí. Tú necesitabas la luz para vivir, pero yo sólo necesité de ti unos días para cambiar mi vida. En 1926 supe que aquel gran cuadro que pintabas cuando te conocí, ya estaba en la Hispanic Society de Nueva York, mucho más lejos de lo que yo podré viajar algún día.

Hoy estamos en 1927, hace 4 años ya de tu muerte, y aun así te echo de menos.

Siempre tuya,

Lucía

viernes, 28 de febrero de 2014

La Casa de los Sueños

Todos los artistas, como cualquier ser humano han tenido y tendrán sueños. Los sueños de estos artistas van más allá gracias a su creatividad y su imaginación. Son mentes sin límites.

En muchas ocasiones, artistas muy conocidos se han apoyado en sueños para componer sus cuadros, un gran ejemplo de ello puede ser Dalí.

Pues bien, hace poco fui a visitar a una amiga que vive en Aravaca, y cómo es normal en mí, me perdí. Aparecí en la entrada de una casa un tanto peculiar, desde fuera podía sentirse la fuerza que transmitía desde su interior. Era extraño, podría tratarse de la casa de cualquiera, una casa color anaranjado, con enredaderas rodeándola y con un vistoso jardín y una piscina en la parte de atrás. Pero era distinta.


No pude quedarme indiferente, instintivamente fui caminando hacia la puerta, la cual se abrió según llame al timbre. Pero allí no había nadie. Paredes blancas rodeaban toda la estancia en la que me encontraba y en ese primer momento supe que eso no era una casa cualquiera. Miles de cuadros y esculturas se repartían por las estancias de la casa, incluso pude reconocer algunas de las obras que recogía las casa. ¿Estaba en un museo? No, no puede ser... Había habitaciones, varios salones, servicios... ¿Entonces dónde estaba? Me dirigí corriendo a la entrada porque quería salir cuanto antes de allí. Estaba asustada.

De pronto oí un susurro... Con ojos vidriosos mire desde la puerta de entrada todos los ángulos de la casa, hasta que finalmente mire arriba y me encontré con una maravillosa lámpara. Una lámpara que estaba formada por pequeñas lámparas a su vez. Me impresionó en cuanto la vi y mi asombro llegó a más cuando me percaté de que el susurro procedía de aquella enorme lámpara.

Me quede quieta unos minutos creo, hasta que una voz me dijo:
- Hola, bienvenida. ¿Cómo te llamas?
- Oh Dios mío... Me está hablando una lámpara... ¿Marina has desayunado hoy?- Me pregunté a mi misma.


- ¡Bonito nombre Marina!- Volvió a decirme la lámpara.
- ¿¿¿¡¡¡Qué eres!!!???- Grité.
- No te asustes... Te voy a explicar que es en realidad esta casa y así comprenderás que está sucediendo.

No se cómo ni por qué decidí quedarme, así que me senté en un sofá que había en la entrada y decidí escuchar abiertamente a aquella lámpara que me hablaba.

Resulta que aquella casa no era una casa normal tal y como pensé en cuanto la vi. Se trataba de una especie de residencia de artistas, pero no era una residencia tradicional, se trataba de "La Casa de los Sueños". Ella, la lámpara se encargaba de contener todos y cada uno de los sueños de los artistas que habían pasado por esa casa. Todo se debía a un inconveniente y a la vez una ventaja que tenían los famosos artistas que pasaban por ahí, sus sueños al igual que su creatividad llegaban a tal punto que les hacía daño. La magnitud de estos elementos terminaba por explotar en la mente de éstos y necesitaban una ayuda para organizar y estructurar sus ideas. En cada una de las pequeñas tulipas que conformaban la lámpara se encontraban aquellos sueños e ideas, esos que habían sido el impulso de las creaciones de artistas como Dalí, Casas, Amat, Anglada Camarasa...

No podía imaginar cómo algo así podía ocurrir en el mundo en el que vivimos. Después de esta explicación me paseé a lo largo de la casa mientras aquella lámpara me contaba anécdotas de los artistas que habían pasado por allí en busca de una ayuda. 

Particularmente me quedé asombrada con las pinturas de Anglada-Camarasa, pude ver mucho sentimentalismo en ellas y le pregunté a mi compañera a qué debía eso. Ella me contó que Anglada-Camarasa siempre se había visto fascinado por la figura de la mujer y lo que representaba, creando así obras muy simbolistas. Pero hubo una que verdaderamente le fascinó con todo su ser, se trataba de la mujer que aparecía en este cuadro. Se habían conocido en París, en una típica noche parisina del momento, pero ella no pudo corresponderle a su amor. De esta manera el autor de esta obra tuvo que huir de allí y permaneció una época en "La casa de los Sueños", dónde continuamente pasaba noches en vela pensando en su amada a pesar de los esfuerzos de la lámpara por apaciguar sus ideas y sueños.


Pintó numerosos cuadros de aquella mujer, en todos se podía observar la lejanía con la que percibía el autor a su amada. En el siguiente cuadro puede verse a la misma mujer en el centro del cuadro, alejada tanto física como psicológicamente del autor.


Después de que me contara aquella romántica historia, observé otro cuadro de Anglada-Camarasa y me sonaba algo familiar. Se trataba de unas maravillosas flores, pero no eran flores corrientes... La lámpara me leyó los pensamientos y aclaró mi duda- Puedes ver cómo nuestro amigo Anglada-Camarasa estaba completamente aturdido con este amor y cada cosa que veía le recordaba a su amada. Estas flores estaban en aquella época en el jardín de esta casa y cuando las vio, no pudo apartar sus recuerdos y rememoró los elegantes sombreros aflorados que llevaba su enamorada.


Seguimos recorriendo la casa y me acordé de que mi amiga me esperaba, tuve que decirle a aquella lámpara de artistas que tenía que irme. "Serás siempre bienvenida y cuenta conmigo cuando tu mente creativa necesite mi ayuda..."-me despidió esa increíble lámpara de los sueños.

viernes, 7 de febrero de 2014

Arts&Drugs

Un juego de palabras muy peligroso. No es una versión paralela a Arts&Crafts. El vicio de Morfeo. La morfina. El auge y la decadencia de los artistas.

Nos situamos en una época, finales del siglo XIX y principios del siglo XX... La sociedad del momento había soportado diversas controversias a lo largo del Reinado de Alfonso XIII. La pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico con sus innumerables muertos a causa de no poder pagar su libertad militar, el asesinato de dos de los presidentes que estuvieron al mando, el caciquismo electoral, los nacionalismos, las clases acomodadas en auge, el poder de la Iglesia y más tarde el anticlericalismo, el pistolerismo, la Dictadura de Primo de Rivera, las batallas con Marruecos, la muerte de Pablo Iglesias, la instauración de la República... Esto añadido a muchos aspectos más son la causa de la inestabilidad social que critican tanto políticos como intelectuales del momento.

Las clases sociales viven mundos muy distintos. Son numerosas las huelgas por parte de anarquistas, sindicalistas y comunistas; mientras que la aristocracia comienza a irse de vacaciones, posee electricidad,automóviles y disfruta de la Exposición Iberoamericana y la Exposición Universal de Barcelona. Un sin fín de contradicciones se acumulan dentro de España. A la vista de Europa, España se encuentra en una posición inferior, por lo que los intelectuales españoles pretenden con la Regeneración del país una posible Europeización. Demoledores artículos de personajes de la talla de Ortega y Gasset en contra de la monarquía permiten situarnos en el contexto "es la española una raza que se ha negado a realizar en sí misma aquella serie de transformaciones sociales, morales e intelectuales que llamamos Edad Moderna".


La palabra modernización es la más oída a principios de siglo XX frente a la numerosa tasa de analfabetismo. Estos aspectos explican el porqué del éxito de las drogas en este periodo. Una aristocracia rica que se droga en un principio con fines saludables y más tarde por placer. Las drogas como la morfina, la cocaína y la heroína eran usadas en esta clase social continuamente. Eran constantes las reuniones de mujeres donde compartían esta experiencia tan satisfactoria para ellas. Para sentirse mejor, adornaban las cucharas y jeringuillas Pravaz con plata, brillantes y diamantes. Podríamos relacionar este vicio con el actual vicio de las compras de lujo en ambientes de riqueza. Aun así, la droga no estaba bien vista en la sociedad a pesar de su relevante presencia en la misma.



Pintores de la talla de Ramón Casas y Rusiñol retrataron escenas de esta índole. La publicación de estas obras no dejó indiferente al público que no podía entender como un contexto tan social y privado podía ser expuesto en público. En Europa ya se habían expuesto este tipo de obras, por lo que en Francia las obras de Casas y Rusiñol pasaron desapercibidas.

"La morphine" (1891), de George Moreau de Tours

Aun así, la obra de Rusiñol "La morfina" es una de las más reconocidas del autor. Si vemos esta pintura separada de la siguiente obra "Antes de tomar el alcaloide" podríamos pensar que la primera obra se trata de una simple joven enferma desfallecida a causa de su dolor.

"La morfina" (1891),  Santiago Rusiñol
El rostro de la joven está relajado y expresa el placer del desahogo que produce la morfina. A pesar de que ya ha hecho efecto en ella, la mano de la mujer aparece en tensión, agarrando las sábanas. El predominio del color amarillo en las sábanas refleja la enfermedad de la joven, haciendo contraste con el gozo que transmite su rostro pálido. 


"Antes de tomar el alcaloide", Santiago Rusiñol
"Antes de tomar el alcaloide" refleja la preparación que era tan cotidiana en la aristocracia del momento. Se puede ver como en la obra "La morfina", la misma mujer tiene el camisón descolgado del hombro en señal de abandono. Un antes y un después, una joven que se va a someter al vicio de Morfeo. Esta preparación era muy conocida por el autor de la obra que al ser de esta clase social se vio involucrado en los "placeres de la morfina".


Rusiñol declaraba en uno de sus escritos “Comprendían los enfermos que aquellas horas de calma, pero de calma engañadora, de la casa del silencio, las daba la Morfina; que aquella palidez macabra la traía la Morfina; que aquella fiebre nerviosa que hasta hacía temblar a las mismas paredes blancas, venía de la Morfina; que era ella la que apagaba la vida, la que daba escalofríos, la que con sus dedos de Marquesa y doradas uñas de arpía, estrangulaba con sigilo a los extraños suicidas de la casa del silencio.” 

Tras su regreso a París, Ramón Casas y Rusiñol se reunían con otros protagonistas del movimiento modernista en "Els Quatre Gats" donde aparte de compartir conocimientos e ideas, se drogaban en grupo.
Otra de las obras más relevantes respecto a la morfina y la aristocracia es "La joven decadente",se trata de un retrato psicológico. El giro de la cabeza, la palidez de la mujer, y el contraste de los colores conforma una obra ejemplar. El color amarillo caracterizado por la enfermedad y el negro del traje de la mujer que simboliza el luto y la muerte en ocasiones, provoca un gran contraste con la pared y el sofá verde esperanzador sobre el que esta acostada la mujer.

La joven decadente, Ramón Casas

El cóctel formado por arte, drogas y aristocracia conformó obras simbolistas cargadas de sentimiento y retratos psicológicos de los personajes que compartían este terrible vicio.