viernes, 28 de febrero de 2014

La Casa de los Sueños

Todos los artistas, como cualquier ser humano han tenido y tendrán sueños. Los sueños de estos artistas van más allá gracias a su creatividad y su imaginación. Son mentes sin límites.

En muchas ocasiones, artistas muy conocidos se han apoyado en sueños para componer sus cuadros, un gran ejemplo de ello puede ser Dalí.

Pues bien, hace poco fui a visitar a una amiga que vive en Aravaca, y cómo es normal en mí, me perdí. Aparecí en la entrada de una casa un tanto peculiar, desde fuera podía sentirse la fuerza que transmitía desde su interior. Era extraño, podría tratarse de la casa de cualquiera, una casa color anaranjado, con enredaderas rodeándola y con un vistoso jardín y una piscina en la parte de atrás. Pero era distinta.


No pude quedarme indiferente, instintivamente fui caminando hacia la puerta, la cual se abrió según llame al timbre. Pero allí no había nadie. Paredes blancas rodeaban toda la estancia en la que me encontraba y en ese primer momento supe que eso no era una casa cualquiera. Miles de cuadros y esculturas se repartían por las estancias de la casa, incluso pude reconocer algunas de las obras que recogía las casa. ¿Estaba en un museo? No, no puede ser... Había habitaciones, varios salones, servicios... ¿Entonces dónde estaba? Me dirigí corriendo a la entrada porque quería salir cuanto antes de allí. Estaba asustada.

De pronto oí un susurro... Con ojos vidriosos mire desde la puerta de entrada todos los ángulos de la casa, hasta que finalmente mire arriba y me encontré con una maravillosa lámpara. Una lámpara que estaba formada por pequeñas lámparas a su vez. Me impresionó en cuanto la vi y mi asombro llegó a más cuando me percaté de que el susurro procedía de aquella enorme lámpara.

Me quede quieta unos minutos creo, hasta que una voz me dijo:
- Hola, bienvenida. ¿Cómo te llamas?
- Oh Dios mío... Me está hablando una lámpara... ¿Marina has desayunado hoy?- Me pregunté a mi misma.


- ¡Bonito nombre Marina!- Volvió a decirme la lámpara.
- ¿¿¿¡¡¡Qué eres!!!???- Grité.
- No te asustes... Te voy a explicar que es en realidad esta casa y así comprenderás que está sucediendo.

No se cómo ni por qué decidí quedarme, así que me senté en un sofá que había en la entrada y decidí escuchar abiertamente a aquella lámpara que me hablaba.

Resulta que aquella casa no era una casa normal tal y como pensé en cuanto la vi. Se trataba de una especie de residencia de artistas, pero no era una residencia tradicional, se trataba de "La Casa de los Sueños". Ella, la lámpara se encargaba de contener todos y cada uno de los sueños de los artistas que habían pasado por esa casa. Todo se debía a un inconveniente y a la vez una ventaja que tenían los famosos artistas que pasaban por ahí, sus sueños al igual que su creatividad llegaban a tal punto que les hacía daño. La magnitud de estos elementos terminaba por explotar en la mente de éstos y necesitaban una ayuda para organizar y estructurar sus ideas. En cada una de las pequeñas tulipas que conformaban la lámpara se encontraban aquellos sueños e ideas, esos que habían sido el impulso de las creaciones de artistas como Dalí, Casas, Amat, Anglada Camarasa...

No podía imaginar cómo algo así podía ocurrir en el mundo en el que vivimos. Después de esta explicación me paseé a lo largo de la casa mientras aquella lámpara me contaba anécdotas de los artistas que habían pasado por allí en busca de una ayuda. 

Particularmente me quedé asombrada con las pinturas de Anglada-Camarasa, pude ver mucho sentimentalismo en ellas y le pregunté a mi compañera a qué debía eso. Ella me contó que Anglada-Camarasa siempre se había visto fascinado por la figura de la mujer y lo que representaba, creando así obras muy simbolistas. Pero hubo una que verdaderamente le fascinó con todo su ser, se trataba de la mujer que aparecía en este cuadro. Se habían conocido en París, en una típica noche parisina del momento, pero ella no pudo corresponderle a su amor. De esta manera el autor de esta obra tuvo que huir de allí y permaneció una época en "La casa de los Sueños", dónde continuamente pasaba noches en vela pensando en su amada a pesar de los esfuerzos de la lámpara por apaciguar sus ideas y sueños.


Pintó numerosos cuadros de aquella mujer, en todos se podía observar la lejanía con la que percibía el autor a su amada. En el siguiente cuadro puede verse a la misma mujer en el centro del cuadro, alejada tanto física como psicológicamente del autor.


Después de que me contara aquella romántica historia, observé otro cuadro de Anglada-Camarasa y me sonaba algo familiar. Se trataba de unas maravillosas flores, pero no eran flores corrientes... La lámpara me leyó los pensamientos y aclaró mi duda- Puedes ver cómo nuestro amigo Anglada-Camarasa estaba completamente aturdido con este amor y cada cosa que veía le recordaba a su amada. Estas flores estaban en aquella época en el jardín de esta casa y cuando las vio, no pudo apartar sus recuerdos y rememoró los elegantes sombreros aflorados que llevaba su enamorada.


Seguimos recorriendo la casa y me acordé de que mi amiga me esperaba, tuve que decirle a aquella lámpara de artistas que tenía que irme. "Serás siempre bienvenida y cuenta conmigo cuando tu mente creativa necesite mi ayuda..."-me despidió esa increíble lámpara de los sueños.

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